Desde un puerto tus ojos miro,
sin miedo,
en tus pupilas embarco
a un rumbo no cometido.
Preparo mis enseres
que soy yo mismo,
con mi sangre en las entrañas
con el quehacer en mi alma.
En el vaivén de tus giros.
que tus ojos me guardan impulsivos
navego en lágrimas intermitentes
tempestades en vertientes
se posan en calma
cuando ya "nada" pasa
aunque prisioneras desde siempre en el alma
sudan temblorosas bajos los párpados de tu corazón
y que aún insistes que en la razón está tu dolor.
será qué no quieres dar razón a tu corazón
en donde está tu dolor
que se disfraza de razón?
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