Entre cristales temblorosos
re pujante olvido
lo meces con insistencia
compulsivamente,
deshonradamente,
deshonestamente,
El olvido no existe
entre esas lágrimas cayendo
hacia la nada
no hay nada en lo que meces
sólo el recuerdo que encontramos infraganti
entre tus labios y mis labios
entre tu aliento y mi aliento
entre tu cuerpo y mi cuerpo
en el lugar de los hechos
en donde todo se queda
en ese te amo que te llevas.
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