sábado, 19 de julio de 2008

Hoy anduvo en mí mi compañera,
esa que se desliza por mis contornos y que en agua saciante se transforma cuando anda fugitiva de mi alma.

De cuando en cuando algo le incomoda del lugar que la aprisiona; como trotamundo se echa a recorrer buscando entre mis poros una posada donde incita a mis sentidos al juego melancólico que escondo de las miradas,
que despojo tras la puerta de la cual la vida entra,
que comparto bajo las noches de almohadas almibaradas.

De pronto se arroja temeraria sobre mi rostro, dibujando caminos resbaladizos bajo mis ojos;
Envuelven mi nariz con insistencia con el gusto del sabor de la tristeza quien en todo momento con afán abriga la esperanza que todo vuelva a ser alegría fresca de esas mañanas embriagadoras de besos, abrazos y de ese te amo de tu cuerpo que día a día me regalas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuánto necesitamos que nos mimen, yo también

un beso